Tras dos años de suspensión, más de 10 mil personas volvieron a salir este 8 de enero vestidos de “chuntás” (hombres vestidos de mujer) por las calles de Chiapa de Corzo, para anunciar la Fiesta Grande y rendir un homenaje a doña María de Angulo.
De acuerdo con la leyenda, fue una mujer benévola con el pueblo chiapacorceño que llegó a estas tierras de manera sorpresiva, debido a que su hijo padecía una enfermedad y no podía recuperar la salud, sin embargo, los habitantes al saber esta situación, le brindaron todo el apoyo hasta curarlo completamente.
En agradecimiento por el apoyo recibido por parte de los pobladores y ante la hambruna que se desató alrededor del siglo XVII, doña María de Angulo decidió salir a las calles en compañía de sus sirvientes para repartir alimentos a la población y así devolverles un poco de lo que había recibido.
La literatura destaca que doña María de Angulo se fue de manera sorpresiva así como llegó, mientras que el pueblo al enterarse de tal noticia le lloraron y decidieron que al siguiente año para recordarla, celebrarían una fiesta en su honor y recrearían aquel episodio en el que sus sirvientas invadieron las calles del pueblo de Chiapa de Corzo para repartir comida.
A más de un centenario de esta tradición, la salida de “los chuntás” ha revivido con más fuerza, pues muchos agradecen el haber sobrevivido una pandemia y sobre todo poder recuperar esta festividad que identifica a muchos.
Muestra de ello, es Rubicel Gómez Nigenda patrón de los parachicos, quien destacó que este día es uno de los más esperados por el pueblo, a pesar de que no tiene la capacidad de recibir a tanta gente que se congrega con esta fiesta.
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