Miembros de la facción de Los Mayitos, del Cártel de Sinaloa, han tomado el control de al menos tres fincas cafetaleras en la sierra de Chiapas, obligando a los pobladores a cortar café bajo amenazas. Esto comenzó en octubre del 2024, cuando el grupo criminal secuestró a integrantes de tres fincas cafetaleras.
Las personas que se negaron a participar en las barricadas realizadas en agosto del 2024 son las que ahora son explotadas por el grupo criminal. Los pobladores narraron de manera anónima lo que padecen bajo el yugo de los criminales, y refrendaron que son 3 fincas las que están bajo control del crimen.
Una de las fincas secuestradas se llama Vainilla, que mide más de 100 hectáreas y se encuentra bajo control de Jesús Esteban, El Güero Pulseras. Los caficultores temen que los delincuentes los obliguen a trabajar bajo amenazas dándole mantenimiento a las fincas cafeteras.
La violencia en contra de los caficultores no solo se limita a la explotación laboral, sino que también les prohíben aperturar negocios o tener concesiones de taxis. La facción de Los Chapitos, del Cártel de Sinaloa, prohibió la contratación de mano de obra extranjera para cortar café, lo que obligó a los ejidatarios a negociar con los criminales.
El Cártel de Sinaloa está obteniendo ganancias por el café extraído con la ayuda de los jornaleros explotados laboralmente. El precio del grano supera los 100 pesos, un precio récord. Los granos son comprados a Los Chapitos por los coyotes y las grandes comercializadoras de Jaltenango.
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